Nosotros


Pastor: Aldo F. Acosta

El creyente y el discípulo comparten el mismo camino de salvación,  sin embargo el discípulo,  es un creyente honorífico que tiene el privilegio de ser escogido y formado con una visión más amplia,  con una actitud de compromiso diario,  es más de acciones reflexivas que de emociones,  su interés va más allá del crecimiento personal,  él busca el crecimiento colectivo,  y todas sus expectativas se fundan en el servicio,  sus desagradables experiencias suelen ser peldaños para ir más alto,  pero no por más alto que llegue menosprecia los creyentes,  el discípulo,  no se detiene,  vive una constante re invención,  no es objeto de desánimo,  él sabe que fue llamado para la conquista del mundo y no para la derrota,  el discípulo no espera una manifestación de Dios,  él hace que Dios se manifieste,  el discípulo es socio con Dios,  y no busca tener un patrón secular,  se niega a sí mismo y entrega su vida por la causa del evangelio.

Todos los creyentes deben aspirar y esforzarse por alcanzar las alturas del discipulado.